miércoles, 18 de noviembre de 2009

CORONA

Ofrecimiento de la Corona
Una comisión de personas relacionadas con el Partido Conservador de México, a disgusto con el gobierno de Juárez y la
Constitución de 1857 llegó en 1863 al Castillo de Miramar, en Trieste. Este era el lugar donde residían Fernando Maximiliano de Habsburgo y su esposa, Carlota de Bélgica. La comisión iba encabezada por José María Gutiérrez Estrada, y en su compañía iban Juan Nepomuceno Almonte (hijo natural del cura José María Morelos y Pavón), Francisco Javier Miranda y don José Manuel Hidalgo Esnaurrízar (el Ministro en París del Emperador Maximiliano "Un hombre de mundo escribe sus impresiones y cartas de José Manuel Hidalgo y Eznaurrizar").
El 10 de julio de 1863, la Junta de Notables emitió el siguiente dictamen:
1.- La nación mexicana adopta por forma de gobierno la monarquía moderada, hereditaria, con un
príncipe católico.
2.- El soberano tomará el título de Emperador de México.
3.- La corona imperial de México se ofrece a S. A. I. y R., el príncipe
Maximiliano, archiduque de Austria, para sí y sus descendientes.
4.- En caso que, por circunstancias imposibles de prever, el
archiduque Maximiliano no llegase a tomar posesión del trono que se le ofrece, la nación mexicana se remite a la benevolencia de S. M. Napoleón III, emperador de los franceses, para que le indique otro príncipe católico.
El
3 de octubre de 1863 en el castillo de Miramar, los mexicanos ofrecieron la Corona de México al archiduque austriaco. Para convencerlo, la delegación argumentaba que el pueblo de México deseaba un príncipe europeo en el trono, y que el desacuerdo con el gobierno de la República era general. Al ser derrotados los conservadores en la llamada Guerra de Reforma decidieron buscar apoyo en las casas gobernantes europeas con el fin de instaurar en México un gobierno imperial afín a su ideología católica, para ello crearon una comisión que se dedicó a visitar las casas reinantes de Europa con el fin de obtener apoyo a su causa. Por medio de la esposa española de Napoleón III de Francia, doña Eugenia de Montijo, contactaron con Maximiliano de Habsburgo quien mostró agrado en la empresa y después de obtener el beneplácito del emperador francés y el austriaco se embarcó en la aventura.
A Napoleón III de
Francia le agradó la idea de crear un imperio en México y decidió apoyar a los conservadores enviando al ejército francés a México, con el fin de establecer un gobierno pro-francés frente a los Estados Unidos. El ejército francés fue derrotado en la famosa Batalla de Puebla, pero al año siguiente regresaron y tomaron la ciudad de Puebla, y finalmente con el apoyo de los conservadores mexicanos tomaron la ciudad de México y con ello el poder instaurando la monarquía parlamentaria, declarando a Maximiliano I de Habsburgo emperador de México.
La residencia oficial del emperador fue el
Castillo de Chapultepec, en el centro de la Ciudad de México. El II Imperio Mexicano sería más largo que el primero, de 1863 a 1867. El gobierno de Maximiliano, sin embargo, sorprendió a los conservadores. Él era un hombre ilustrado y moderno, mucho más cercano a los liberales mexicanos que a los conservadores, y pronto decepcionó a quienes le invitaron a aceptar la corona mexicana. Benito Juárez, en ese entonces presidente constitucional, encabezó la lucha contra las tropas francesas, y en 1867 regresó a la Ciudad de México, habiendo derrotado a los conservadores mexicanos.

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