miércoles, 18 de noviembre de 2009

Consumacion de ell segundo imperio

Últimos momentos del emperador Maximiliano I de México. Consuela a su profesor antes de ser fusilado.
En buena medida, la instauración de esta monarquía se posibilitó más por factores externos que por propios. Los planes de posicionamiento francés en ultramar aprovecharon el hecho de que los
Estados Unidos de América se encontraban inmersos en la Guerra de Secesión, lo que garantizaba que éstos no estarían en posición de apoyar a los federalistas mexicanos en buena medida hermanados a través de las logias masónicas. Sin embargo, en 1867 pasarían dos hechos cruciales para la ocupación francesa;
Los federalistas de la
Unión Americana ganan la guerra de secesión, y están ahora sí en mejor posición para ayudar a Benito Juárez con armas y logística, quien se encontraba con un gobierno paralelo instaurado en la población de Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez);
El Imperio Austriaco pierde la
Guerra de las Siete Semanas frente a Prusia, por lo que Baviera se anexa a Prusia y con ello se unifica Alemania, lo cual se convierte en la principal amenaza para la seguridad nacional francesa, y con ello dificulta a Francia enviar refuerzos a México para sostener a Maximiliano I de México en el trono. A lo anterior se suma una Austria devastada por la pérdida de la guerra Austro-Prusiana, por lo que tampoco Francisco José (Emperador de Austria) está en posición para ayudar a su propio hermano Maximiliano I de México. Las amenazas por parte de Francia de retirar sus tropas finalmente se materializaron a principios del año 1866, lo que inició el avance republicano hacía el centro del país puesto que el ejército imperial no contaba con las tropas necesarias para contener su avance. En 1867 Maximiliano I de México reorganizó el ejército imperial, designando a los generales conservadores para altos puestos militares, tales como Miguel Miramón, Tomás Mejía y Manuel Ramírez de Arellano. Sin embargo, al acercarse las tropas republicanas a la ciudad de México, Maximiliano I huyó a la ciudad de Querétaro.
El
6 de marzo de 1867 el General Mariano Escobedo sitió la ciudad de Querétaro; mientras tanto, el General Porfirio Díaz sitiaba la Ciudad de México, impidiendo a Santiago Vidaurri reforzar las tropas imperiales en Querétaro. Después de 71 días de resistencia, Quéretaro cayó en manos de las tropas de Mariano Escobedo, Maximiliano entregó al general Ramón Corona su espada en señal de derrota, y el 19 de junio fueron fusilados, en el Cerro de las Campanas, Tomás Mejía, Miguel Miramón y el propio Maximiliano I. Benito Juárez entró a la Ciudad de México el 15 de julio de 1867.

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